lunes, 31 de octubre de 2011

Especial Halloween (y III)

Los espíritus se pararon a escasos metros de ella, ahora en silencio ominoso, Clara se preguntaba de qué forma iban a acabar con ella, sabía cuán crueles podían llegar a ser los espíritus vengativos, se estremeció.

El estremecimiento hizo que la puerta a su espalda gimiera y se abriera de golpe, cayendo de espaldas y lastimándose, los espíritus volvieron a avanzar. Clara se levantó de nuevo y corrió por la azotea hasta que llegó al punto desde donde había caído el guardia, los espíritus la rodearon y se quedaron a la expectativa.

- Hola Ratoncita, ha llegado la hora de la justicia – La voz cruel del guardián resonó a su espalda, como flotando sobre el abismo, Clara lo miró.

- ¿Por qué haces todo esto? Ellos eran inocentes, libéralos. –Clara trató de sonar autoritaria, sin conseguirlo.

- Su odio me alimenta, Ratoncita, y pronto el tuyo también.

Clara se concentró en el fetiche que aun llevaba en la mano y empezó a murmurar conjuros de destierro mientras el espíritu se reía cada vez más fuerte.

- No tienes poder suficiente, ratoncita. – El fetiche aumentó su peso súbitamente y Clara no pudo sostenerlo, cayó hasta los jardines mientras varios truenos resonaban en el cielo.

- Libéralos.

- ¿Y que obtendría yo con eso?

- A mí…

- Oh, ratoncita, a ti ya te tengo – volvió a reírse, los espíritus cerraron un poco más el cerco.

El espíritu negro del guardián se acercó a Clara y le susurró:

- Puedes ser libre, sólo termina lo que empezaste.

Clara miró al abismo, no quería morir, sabía que si moría se quedaría atrapada para siempre en ése viejo psiquiátrico, para ser torturada por el guardián, no era justo, no era justo, ella no había hecho nada, ella era inocente.

- No, Ratoncita, tú me mataste.

El guardián la miraba a los ojos y veía a través de ellos, supo que podía leer sus más íntimos secretos, Clara se adormeció sabiendo que el Guardián causaba ése sueño, tras muchos años… Clara volvió a llorar mientras caía en el sueño.

Se despertó en un bosque y supo que estaba soñando, un bosque oscuro sacado de la típica película de Halloween, noche cerrada, altos árboles, niebla baja, sonidos inquietantes, habría resultado casi cómico de no haber estado el Guardián ante ella.

- Aun puedes salvarte, Ratoncita, sólo tienes que salir de éste bosque.

Pero Clara no se movió.

- ¿Vendrá el lobo feroz? – Clara intentaba sonar jocosa.

- No, Ratoncita, sólo vendrá la abuelita.

Clara se giró al oír unos pasos tras ella, una mujer vieja, con cara de amargada y mirada de odio se acercaba a ella.

- Hija del demonio, eso es lo que eres, te llevaste a tu madre maldita criaja y me absorbías la vida.

Las manos huesudas de su abuela seguían pareciendo recias y prestas para golpearla, Clara se asustó y empezó a repetir “es un sueño, sólo un sueño” intentando convencerse, pero el olor a rancio de su abuela la embistió, parecía tan real…

La primera bofetada no la esperaba, la trasladó a sus años de infancia en las que el miedo y el dolor iban muy unidos al día a día, la segunda la recibió con resignación, la tercera le partió el labio, después dejó de contar, quedándose quieta, recibiendo los golpes, uno tras otro, la abuela no parecía cansarse.

No quiso saber cuánto tiempo estuvo así, pero finalmente cayó de rodillas, con la cara ardiéndole y la abuela mirándola severa.

- Vamos Ratoncita, levanta y anda. – Volvió a reírse al compararse a un Dios.

Clara obedeció, se levantó y avanzó un paso, el bosque desapareció y sintió el aire golpeándole la cara, había dado el paso y el suelo se acercaba vertiginosamente hacia ella, cerró los ojos.

- Tu ciclo no ha terminado.

Reconoció la voz de Dís, y sintió como sus brazos la sostenían, arriba el espíritu del guardián aullaba de rabia.

- Dís…

- Enfrentarte a esto sola era un error, pero es lo que has escogido y lo respetaré, sólo quería que lo supieras.

Clara miró atónita a Dís.

- Continúa con tu Agama, pero escoge bien el camino, cuando vuelvas, búscame.

Clara se sentó en el suelo mientras Dís se iba. “Agama” pensó “un viaje místico hasta las puertas de la muerte… un viaje para ser Euthanatos…” Tardó unos momentos en reubicarse, mirando a su alrededor, se dio cuenta de que había cruzado la Celosía, pero no sabía cuándo. Ahora estaba en el otro lado, en el que llamaban “Umbra” la tierra de los espíritus según su maestra, aquí era donde tenían más poder, pero también donde eran más vulnerables. Frente a ella se alzaba una versión aun más sombría del Psiquiátrico.

- Una última cosa – Dís estaba ante el portal que le permitiría cruzar la celosía hasta el mundo físico nuevamente. – No temas a la muerte, ésta solo es el comienzo, cuando lo comprendas serás fuerte.

Y Dís se fue. Clara se incorporó y avanzó de nuevo hacia el psiquiátrico internándose en las sombras.

- Por ti… por ti.. por ti…

- Sí, por mí seréis libres… Lo juro –Gritó Clara antes de desaparecer en la oscuridad.

Más allá de la Celosía, la lluvia limpiaba el aire nocturno de la ciudad, Dís miró impasible el psiquiátrico mientras se ajustaba las gafas, nada parecía haber cambiado pero todo era diferente. Metió las manos en los bolsillos y salió del recinto abandonado, aun era temprano y podría ir a tomarse un buen café caliente, ésa noche Érato los había invitado a una fiesta en su capilla, algo de diversión sería bueno por unas horas, mañana ya habría tiempo para las preocupaciones.

5 comentarios:

  1. Publico la parte final del relato hoy, ya que hoy es Halloween, no se si mañana reanudaré o no la historia principal, espero que el relato os haya gustado.

    Muchas gracias a los que con sus comentarios y opiniones me han ayudado con este relato ^^

    Y a Pol especialmente por el Icono del Blog :P

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  2. Super Dis al rescate. Pero no me a gustado, no puedes dejar a un hombre con las ganas de saber si, la chica se salva o no. Eres una mala persona. XD

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