viernes, 6 de enero de 2012

Recapitulando

Pudiendo haber ido por medios más rápidos, Miles se había empeñado en ir a Menorca en barco, en un incómodo, lento y mareante barco, pero Dís le había enseñado el don de la paciencia, callar y observar, cuanto más tranquilos están los que te rodean más descuidados se vuelven.

Pero Miles en eso era como Dís, ninguno de los dos se descuidaba, siempre atentos, siempre alertas, parecía como si estuvieran acechando constantemente a aquellos que intentaban acecharles a ellos y los dos eran peligrosos, realmente peligrosos, no los había visto en acción muchas veces pero sí las suficientes para saber que ella estaba a un abismo de distancia de ellos y ahora sí que creía que ellos dos eran dos de los magos más hábiles de las islas.

Sentía curiosidad por Érato y El Caminante, ambos desprendían la misma seguridad que Dís y Miles, también Iustos, aquél contra el que Miles iba a enfrentarse en duelo en unas semanas… era fácil adivinar en ellos al quinteto más hábil, pero estaban divididos y en algún caso el odio era acérrimo.

Ahora, pero, había varias cosas que la descuadraban, en primer lugar el que habían acusado formalmente a El Caminante de infernalismo, Miles lo había comentado no sin incredulidad y, en privado, Dís le había dicho que era extraño pero que ahora no era su misión esclarecer aquello, había sentido cierto amago de decepción en la voz de su maestro. Lo siguiente era la relación entre Miles y Érato, que fluctuaba del amor al odio en cuestión de segundos y meditando sobre ella había llegado a la conclusión de que no iba a perdurar, entonces se había dado cuenta de que Miles la miraba y azorada se lo preguntó, él había sonreído y había respondido con una simple frase.

“Los dos lo sabemos, hemos hablado de ello, pero la amistad perdurará… nada más”

Aún así ambos parecían resistirse a ello, como si se sintieran apegados a algo que ya estaba roto pero que les costaba dejar atrás.

Siguió repasando la situación, su misión era buscar apoyos y a la vez síntomas de infernalismo, parecía que el infernalismo era un mal arraigado en las islas con fuerza, pero aún no sabían hasta que punto, desde que aquello había sido revelado Dís había intensificado la parte más marcial de su entrenamiento, ella seguía sin estar segura de ser capaz de herir a alguien.

Le asaltaba la duda de que pasaría después, si el infernalismo acechaba en todas las islas combatirlo sería quizás demasiado complejo.

Si esa era la vida de los magos, empezaba a darse cuenta de que no era tan bonita como sela había imaginado, había cosas que hacían algo más que dañarte…

1 comentario:

  1. Hoy el fragmento es cortito, pero tiene su razón de ser, ¡espero que os guste!

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