viernes, 16 de diciembre de 2011

Viaje

Se levantó para saludar al sol mientras este nacía, llevaba ya varios días de camino y había avanzado poco, se detenía constantemente para observar las maravillas del paisaje y las novedades de los distintos pueblos. Era cierto que ella había nacido y crecido en un pueblo, pero era pequeño y bastante aislado, vivían a la manera tradicional sin hacer uso de las modernidades que la tecnocracia había ido creando.

Vivían desde hacía siglos, milenios, de la misma manera. Tal y como mandaba la tradición, los druidas del bosque la habían acogido tan pronto como mostró sus aptitudes “especiales” y la habían educado para usarlas como sanadora. Aun así, la Suma Sacerdotisa había decidido que también recibiría educación “moderna” y se le habían enseñado todas esas modernidades, la mayoría solo de forma teórica de forma que, aunque conocía lo que veía, se maravillaba y aprovechaba para tocar e inspeccionar de cerca todas aquellas cosas.

Pese a todo, salía tan pronto como podía de las poblaciones y dormía al raso, entre los árboles, siempre que podía ya que el aire en las ciudades era sucio y desagradable. A medida que bajaba en dirección al sur y al este la situación era peor, con menos naturaleza y mas suciedad.

Cada noche seguía teniendo sueños que la empujaban a seguir viajando, pero que aumentaban su confusión, necesitaba saber quién era el maestro del que hablaba y también quería y necesitaba saber porqué era distinta en esos sueños, con quienes hablaba y dónde. Las respuestas estaban al final del viaje y tenía miedo de terminarlo, la otra sensación que le quedaba tras los sueños era una onerosa premonición de muerte a su alrededor y de oscuridad para el mundo.

Se limpió en el agua fría del río y se vistió con sus ropas blancas, comió bayas y raíces que había recogido el día anterior y continuó caminando, era una monotonía extraña, caminar día tras día, descubriendo cosas que conocía y viendo pasar a innumerables personas cada una con sus propias historias, todas con unas prisas inauditas para ella. Lloraba cada vez que veía los gigantes maltratos que los hombres hacían a la naturaleza y esquivaba los pocos túmulos de Garou que había en la campiña, no era conveniente acercarse a ellos sin invitación, aun cuando su sabiduría ancestral fuera fuente de inspiración.

Se sentía sola en esos días, le habría gustado charlar y reír para combatir sus miedos, pero no tenía a nadie para ello. Siguiendo la ruta que le indicaron sus maestras, se encaminaba hacia una torre donde aún vivían magos a una manera más o menos tradicional, aunque se trataba de sombríos herméticos. Iba allí porque le indicaron que en esa torre había algunos magos que le podrían ayudar con sus sueños, eran de la casa más afín a los Druidas, de hecho en sus raíces había druidas. Eran Merinitas y se decía que mantenían una profunda conexión con los seres feericos.
El torreón se hallaba en el centro de uno de los pocos bosques que quedaban en la zona, era sombrío y entre sus ramas susurraban presagios de muerte. Alanna decidió que lo mejor era esperar antes de adentrarse en la floresta.

***

Miles y Dís se hallaban en pleno duelo mental, medían sus fuerzas en un combate aún más salvaje que el anterior, pues ahora la derrota suponía quedar completamente indefenso ante el oponente. Aquí era donde Miles mostraba su verdadero poder pese a estar debilitado por el silencio. Siempre había sabido sobreponerse a las dificultades, cuando no le había quedado nada, aún le quedaba el orgullo… Y orgullo, los herméticos, tenían mucho.

Dís por su parte se defendía con su habitual calma, era difícil descentrarle, tenía las ideas claras y una voluntad férrea, todo apuntaba a que la pugna mental iba a ser larga, mientras el uno y el otro atacaban las defensas buscando el punto débil que diera acceso a los miedos y las más profundas pesadillas del oponente.

Dís tenía aparentemente las de ganar, el silencio de un mago las llevaba a flor de piel, pero era peligroso jugar con los castigos que la paradoja adjudicaba a sus infractores y en ocasiones esas pesadillas atacaban también a los magos a su alrededor…

3 comentarios:

  1. Disculpad por la brevedad del fragmento de hoy, pero me hallo en una espiral destructiva de trabajos y compromisos

    Pronto volverá a la normalidad todo... pronto...

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  2. Qué manía tiene la gente en entrar en espirales destructivas... con lo divertidas que son las espirales de fibonacci.

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  3. Esta druida me interesa... Que llegue ya a Mallorca que la quiero conocer!

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