viernes, 11 de noviembre de 2011

Espíritu

Aquél día Dís se hallaba en los jardines de su casa, María del Mar lo observaba apoyada en un árbol, parecía sumido en un estado de profunda concentración, aun así no tuvo que esperar mucho para ver que Dís se incorporaba y se acercaba a ella.

- Buenos días, Morríghan.

María asintió a modo de saludo.

- Hoy te espera una lección básica, antes de hablar sobre hacer magia debes conocer las nueve esferas, ya te las he explicado por encima pero a partir de hoy empezaré a explicártelas una a una, y sólo cuando las hayas comprendido empezaré a adiestrarte en la manipulación de las mismas.

- Como digáis, Acarya.

Dís la invitó a sentarse con un gesto, en el centro de un círculo de piedras, el se situó justo enfrente y colocó entre ambos un cuenco de arcilla donde ya quemaba un incienso cuyo aroma no había sentido nunca, pese a estar al aire libre el humo quedaba suspendido a su alrededor, era agradable y relajante, invitaba a soñar, María sonrió.

- Cómo bien estas aprendiendo últimamente, el universo es mucho más grande de lo que te podías imaginar, tenemos éste reino, físico, al que llamamos tierra, pero hay otros y entre los mundos espacios por los que puedes viajar, son espacios que no están vacíos, en ellos dominan los espiritus y otros seres a los que llamamos “umbroles”, su nombre se debe a que son los habitantes de la Umbra.

“Supongo que te preguntarás qué es la umbra, pero iré por partes; el Cosmos, aquello que és, lo que llamas realidad es sólo una parte delo que nosotros lo llamamos Teluria, la existencia sin límites, en ella esta todo, lo que es y lo que no es, muchos han intentado comprender este Caos pero nuestra capacidad para comprender es limitada, cuando algo cobra forma, ya física ya espiritual, pasa a formar parte del Tapiz, aquello que sí podemos conocer, son los patrones, ya te hablé de ellos, cuando haces magia tomas parte de la Teluria y tiras de los hilos del Tapiz para alterar el dibujo del mismo.

Dentro del Tapiz hay esos mundos y espacios de los que te he hablado, la tierra esta separada de los reinos espirituales por una especie de barrera que llamamos celosía y cruzándola entras en lo que llamamos la Umbra cercana, ésta se divide en varias partes: La penumbra es casi idéntica a nuestra realidad, salvo por el hecho de que no es física y que es una idealización de la tierra, un poco mas allá la Umbra Astral se despliega, en ella teóricamente pudes hallar la mayoría de respuestas sobre el universo, la penumbra es el deseo de la gente, la Umbra Astral lo que piensa… pero todo también puede tener un reverso oscuro, la Umbra Oscura es el reino de lo muerto y lo destruido, un reino corrupto fruto de los temores de la gente, hay otros mundos menos… abstractos en la Umbra cercana. En los límites de la Umbra Cercana se halla el Horizonte, representa los límites humanos y es dónde nuestros mayores se instalaron. Más hallá del Horizonte no hay nada seguro, pocos se han aventurado tan lejos y han vuelto.

En todos estos sitios hay habitantes algunos los llaman espiritus, otros Umbroles, y así muchos nombres más, su nombre realmente no importa.

La esfera de espíritu es la esfera que versa sobre todo esto, aquella con la que manipulamos a los espiritus, afectamos a los umbroles, con la que nos franqueamos paso a través de la celosía y que nos da la posibilidad de sobrevivir una vez la cruzas”

***

El Caminante había abierto sin demasiados esfuerzos el portal, lo había hecho desde que Despertó, aquello era para él no sólo algo normal, era casi un acto reflejo, los espíritus rara vez se negaban a escuchar sus ruegos.

Detestaba la Penumbra de las ciudades, siempre tan gris y sucia, llena de telarañas, tan estática y cercana a la corrupción, sin duda los logros de la Tecnocracia habrían de afectar mucho más aún en el futuro a aquellos lugares, era deprimente.

Caminó unas horas hasta alejarse de la ciudad, cuando se acercó a zonas más libres de civilización, se volvía más agradable, pero hoy no estaba para admirar el paisaje y avanzaba rápidamente, sabía dónde tenía que ir para encontrarse con ella y ahora mismo necesitaba hablar con ella, era urgente.

El cuervo revoloteó a su alrededor y graznó cuando alcanzó el árbol sagrado, El Caminante le lanzó una cuenta reluciente de cristal, que lanzó destellos mientras volaba, el cuervo la agarró en el aire y al poco empezó a transformarse hasta tomar el aspecto de una joven de pelo negro y rasgos afilados.

- Sabes como conquistarme, Caminante – se rió.

- ¿Hiciste lo que te pedí, Eulalia?

- Aquí tienes – dijo Eulalia mientras le lanzaba un objeto con luces parpadeantes de diversos colores - Entrar fue muy fácil.

- Pero te tuvieron que sacar – sonrió El Caminante.

- Tenía curiosidad por saber que era eso de la Reeducación –se rió – podría haberme escapado antes, pero no tenía prisa.

- Cíñete al plan, Eulalia.

- El plan avanza según lo previsto, Caminante, Exiliados ya se está preparando para mover sus primeras fichas y está claro que Érato ya mueve las suyas.

El Caminante asintió con una media sonrisa.

- Ya me estoy preocupando yo de que lo haga. Pronto se precipitarán las cosas.

- Pronto.

El Caminante se dio la vuelta sin más y deshizo su camino, al cabo de pocas horas volvía a cruzar el portal, satisfecho, y para celebrarlo sacó su tabaquera y se lió un cigarro, detestaba el tabaco, pero no otras cosas, mucho mas relajantes.

***

- ¿Eso son…? – preguntó Miles mientras observaba los papeles que le había traído Érato hacía apenas unos minutos.

- Sí, lo son. – Érato hizo una mueca de desagrado.

- ¿Y de donde los han sacado? – El tono mostraba contrariedad.

- Lo que me preocupa no es tanto de donde los saquen, sino lo que quieren hacer con ellos.

- Estos informes no son muy claros.

- Faltan páginas, creo que tienen estos archivos divididos en varias subestaciones.

Miles revisó de nuevo los documentos.

- La Tecnocracia jugando con esas cosas… esto no me gusta. – Miles dio un largo trago a la absenta, sin poder evitar sacudir la cabeza por la alta graduación del licor.

- Pero también me preocupa que aparezca la palabra “contacto” en un informe de la Tecnocracia sobre una capilla de las tradiciones, en cambio a ti eso no parece sorprenderte.

- Exiliados pronto atacaremos un piso franco de los hombres de negro, les pondrá nerviosos.

- ¿Ya sabías lo del contacto?

Miles sonrió.

- Procura cerrar alianzas, Harmonía está haciéndolo y… busca una sede alternativa para Libertas, puede que terminéis necesitándola.

- ¿Es una amenaza? – Érato cerró los puños.

- Míralo como una partida de ajedrez, solo que no es un uno contra uno, piensa bien tu estrategia porque una vez empiecen los sacrificios puede que no se pare hasta que se llegue al final.

- ¿Por una vez en tu vida podrías ser más claro?

- En cuanto tenga más información, lo seré… ¿Puedo quedarme una copia de estos documentos?

- Conoces el precio.

- Favor por favor, Érato, un hermético siempre cumple, aunque le vaya la vida en ello.

- No es la vida lo que quiero que dejes, idiota, nunca entenderé como puedes llegar a ser tan estrecho de miras.

Miles se encogió de hombros y se levantó, cuando pasó cerca de Érato ralentizó el paso inconscientemente y aspiró el perfume de la maga embriagándose con él, tras ello continuó su camino y se marcho del local sin despedirse. Sacó su teléfono una vez fuera.

- Hax, tenemos que hablar.

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