Durante un tiempo (al menos hasta que finalice el trabajo final del máster que estoy cursando) publícaré una vez a la semana, intentando que sea siempre en Lunes. Con todo... hoy lanzo ya el Prólogo de Magi in Ténebras: Vorágine... espero que os guste.
Esto empieza ya...
Pd: para los que me han comentado que no recordaban de donde salía el personaje de Iris, podés leer su primera aparición en: E. Halloween 2011 (I), E. Halloween 2011 (II) y E. Halloween 2011 (y III)
***
Iris se deslizaba con movimientos felinos mientras
se adentraba en la cueva, con una sonrisa maliciosa y confiada en sus labios.
Sobre su cuerpo sólo había una capa de tela negra cubriendo su desnudez. Tal y
como acostumbraba cuando se dirigía a aquellas reuniones, no cubría su cabeza
con la capucha, era la única persona de los presentes que siempre mostraba
abiertamente su identidad. La reunión a la que se dirigía era, esta vez,
especial. Era la primera que celebraban después de los sucesos que ella había
orquestado y provocado en las islas y que habían esparcido la muerte y la
destrucción en la mayor parte del mundo mágico del archipiélago.
Las galerías de la cueva estaban a oscuras, como
siempre, pero la oscuridad era para ella como el abrazo de un amante cálido y
dedicado. Conocía el camino a la perfección, lo había atravesado incontables
veces desde que se liberara de sus miedos y de las trabas de una absurda
moralidad que ahogaban su potencial, su poder.
Minutos más tarde llegaba a la fría cámara
central, excavada por siglos de corrientes de aguas ahora desaparecidas. Era
una bóveda natural de roca caliza, apenas labrada en el centro por manos
humanas para destacar un altar. Una docena de figuras cubiertas completamente
por capas y ropas negras que no dejaban piel al descubierto. Diez de ellas
formaban un círculo que se abrió para franquearle el paso hasta el altar, donde
las otras dos aguardaban.
-
Llegas tarde,
Corruptora. –La voz de la figura más alta rezumaba ira.
-
Tus
impertinencias han sido toleradas por ahora, pero tras tus estrepitosos
fracasos deberías tener más cuidado-. – La voz de la otra figura, más baja,
denotaba autoridad.
-
El premio era
grande – sonrió Iris, la Corruptora. – Lo sabes bien, Sacerdote.
-
Te
precipitaste y con ello has dañado gravemente nuestros progresos – respondió la
figura de vos autoritaria, conocida como “Sacerdote”. – Teníamos un culto
infernalista ampliamente extendido y ahora no queda nada.
-
Tampoco
quedan magos que se puedan enfrentar a nosotros. – repuso, una vez más, Iris.
-
¿Qué no? Me
parece que no ves las cosas con claridad, Corruptora. – La voz del Sacerdote
tomó el tono de un padre que reprende a su hija. – El concilio ya ha enviado a
un agente para investigar lo ocurrido y varios magos sobrevivieron.
-
Todos novatos
y ¿Qué podrá hacer un único agente?
-
Es un
Quaesitor. -Se oyeron murmullos en el círculo exterior ante tal revelación. – Y
le ha seguido otro mago.
Sacerdote se paseó alrededor del altar, mirando a
los demás presentes, que se callaban inmediatamente cuando sentían su mirada
posada sobre ellos, parecía pensativo.
-
Tomaremos
medidas para neutralizar al Quaesitor, pero no serás tú, corruptora – bajo la
capucha, Sacerdote entrecerró los ojos. – Tú volverás a tu misión inicial y
esta vez no te saldrás del guión, hemos perdido demasiado potencial con la
matanza de magos y hemos llamado demasiado la atención, no sólo del concilio.
-
Pero…
-
Silencio –
Sacerdote no alzó la voz, pero se impuso al instante, Iris calló. – Crea un
nuevo culto infernalista y cíñete al plan, no llames la atención. Mientras,
Destructor, se encargará de su parte.
Destructor se pasó la lengua por los labios,
enseñando los colmillos a Iris.
-
Así lo haré,
Sacerdote, así lo haré…
-
Los demás
seguid con vuestras insidias, estas islas deben pertenecernos, pero no a costa
de atraer a todos nuestros enemigos. Si queremos bailar sobre las cenizas de
este mundo, primero debemos preparar la sinfonía – concluyó Sacerdote – Ahora,
marchaos y cumplid la voluntad del Wyrm.
Iris se fue, humillada, saliendo de la cueva con
paso airado. Ella había creado una pequeña porción de caos, muerte y
destrucción y el premio que recibía era el escarnio público. Algún día
Destructor pagaría por sus traiciones y ése día ella estaría en primera fila
para verlo. Sacerdote permaneció en la sala, junto a Destructor:
-
No me fío de
ella, Sacerdote.
-
Haces bien.
-
Deberíamos
acabar con ella, supone un riesgo.
-
Aún nos es
útil, Destructor. Cumple con tu parte y yo me aseguraré de que ella cumpla con
la suya. Y no creas que no sé que la mayoría de los recién llegados que debías
interceptar se te han escapado, has fracasado en tu oportunidad de ganar
prestigio entre los tuyos (*).
-
Los estamos
rastreando…
-
Tráeme sus
colmillos y deja en evidencia al Arzobispo.
-
Así se hará. - dijo Destructor mientras recuperaba un tic largamente olvidado: Tragó saliva.
-
Ahora
márchate, pronto amanecerá.
***
(*) En referencia a este interludio
En los diálogos me ha hecho esa cosa rara, estoy viendo cómo lo arreglo
ResponderEliminar